Estambul es una ciudad fascinante de la cual no tengo dudas que te enamorarás. Acá te cuento qué ver para asegurarte el amor a primera vista.
Tuvo 3 nombres y fue capital de 3 imperios. Durante más de 1000 años fue el centro geopolítico y comercial del mundo. Esa rica historia hizo de la ciudad una miscelánea de etnias, religiones, creencias, idiomas e infinitos sitios, monumentos, lugares sagrados y eventos.
Entonces qué ver y hacer en Estambul puede tornarse una tarea para diseñar con paciencia y dedicación. Si tienes poco tiempo o piensas en aprovechar el stopover de la aerolínea, te dejo recorridos optimizados para 1, 2… hasta 5 días para que aproveches tu tiempo al máximo.
Qué ver en Estambul en 1 día
Si solo tienes un día comienza por el centro histórico de la ciudad, la colina de Sarayburnu donde Byzas estableció el primer asentamiento, donde nació la ciudad y la leyenda. Se trata del barrio Sultanahmet dentro del distrito de Fatih o península histórica donde el Cuerno de Oro y el Bósforo se acarician.
Comienza el día en la Plaza Sultanahmet justo donde antiguamente estaba emplazado el Hipódromo de Constantino y las cuadrigas competían por la gloria. Durante el período otomano el Hipódromo siguió conservando ese espíritu de celebración o de descontento, incluso de agitación política pero luego fue casi completamente desmantelado.
Hoy solo podemos ver la forma ovalada original y lo que era la espina del estadio. De la cual solo quedan tres columnas: el Obelisco de Constantino (Kolosós) que representaba las victorias de Basilio I; la Columna de las Serpientes fundida originalmente en Grecia por la victoria contra los persas y el Obelisco de Teodosio esculpido en Egipto 1500 años a. c. y traído a Constantinopla como botín tras su conquista.
Alrededor de la plaza se concentra la mayor parte de lo que la Unesco ha declarado Patrimonio de la Humanidad en Estambul por su valor cultural:
En primer lugar, la monumental Iglesia de Santa Sofia, hoy reconvertida en Ayasofya Camii. Construida en el siglo VI por un físico, un matemático y un ejército de anónimos escultores, albañiles, carpinteros y artesanos del mosaico ¡en apenas cinco años! Esto reforzó la idea de que era una obra impulsada por Dios y que sus planos le fueron presentados a Justiniano a través de un ángel. El emperador al ver el resultado final afirmó: “Salomón, te he vencido”.
Enfrente, en el s. XVII el sultán Ahmet I mandó a construir una mezquita para albergar su tumba. El templo debía ser monumental, tanto para competir con la majestuosidad del antiguo templo cristiano como para tapar con brillo las oscuras derrotas en la guerra ya que la otrora imbatible maquinaria otomana había entrado en decadencia. ¡Y lo logró! Los seis finos minaretes, las cúpulas en cascada, su patio y el interior revestido de azulejos de la Sultanahmet Camii, o Mezquita Azul, son realmente fascinantes.
El soberbio Palacio de Topkapi construido encima del Foro Romano tras la conquista de la ciudad, fue centro de administración del poderoso imperio otomano por siglos. También era la residencia del sultán y su familia, de allí que el famoso Harem por ser el espacio íntimo del soberano tenía el acceso vedado a extraños y esto lo convirtió en una fuente inagotable de mitos y fantasías. Recorrerlo lleva algunas horas, organiza bien el tiempo.
La Cisterna Basílica fue construida en época de Justiniano para almacenar el agua que traía el acueducto de Valente y abastecer al Gran Palacio en caso de asedios prolongados a la ciudad. Es un gran depósito sostenido sobre un bosque de columnas de 9 metros de altura, dispuestas en 12 filas de 28 columnas soberbiamente aliñadas entre las cuales se destaca la cabeza al revés de la Medusa.
Finalmente, el Parque arqueológico con los restos de lo que fue Constantinopla y las ruinas de su majestuoso palacio que se pueden apreciar en el Museo del Mosaico.
Termina el día con una experiencia fascinante: bañarse en un hamman. Los hamman (baños) son una institución heredada de los romanos que los musulmanes adaptaron a los ritos de purificación del islam y se convirtieron en una parte esencial de la cultura turca. El carácter religioso de los baños no impidió que también se transformaran en lugares de placer y socialización: en el caso de los hombres para relajarse, charlar y hacer negocios; en el de las mujeres para disfrutar de los servicios de belleza, hacerse confidencias o liberar su seducción natural sin restricciones.
Recorrido por Estambul de 2 días
Ahora bien, ¿qué ver si tienes dos días? Sigue el recorrido por Eminönü un barrio que es, desde época bizantina, sinónimo de mercado, comercio e intercambio.
Comienza el día justo frente al embarcadero de ferry y sácate la foto de rigor en el cartel de I∞stanbul en Eminönü Meydani.
Enfrente las majestuosas bóvedas y semi bóvedas de la Mezquita Nueva (Yeni Camii) y al otro lado el Mısır Çarşısı (Bazar de las Especias). Un mercado en forma de L que algunos llamaban «Bazar Egipcio» dado que muchos de los productos que se vendían antiguamente llegaban de ese país. Hoy te recibe con enormes pirámides multicolores de especias, te, frutos secos, esencias e infinidad de delicias turcas. Puede que esté demasiado aggiornado para el turista, pero no deja de ser imprescindible para deleitarse de olores y color.
Hacia arriba del Cuerno de Oro encontrarás, la Mezquita de Rüstem Paşa revestida de azulejos de Iznik que generan una atmósfera mágica al compás de la luz que entra por sus ventanas. Luego sigue camino hacia la elegante Mezquita de Süleymaniye construida por Mimar Sinan en honor al gran sultán Solimán. En el patio está el mausoleo del sultán y su esposa Hürrem, que en Occidente llamaban Roxelana y la consideraban una femme fatal que seducía e influenciaba al sultán -había que encontrar un culpable para tanta derrota militar y una mujer era el chivo expiatorio ideal…-. Las vistas del Cuerno de Oro desde aquí son imperdibles.
Camina unos 800 m. y encontrarás el imponente Acueducto de Valente (Bozdoğan Kemeri) que los romanos construyeron en el s. IV para abastecer de agua potable a la ciudad.
Retrocede pasando por Beyazit Meydani con la mezquita y la imponente puerta de la universidad y luego deléitate con los puestos fuera y dentro del maravilloso Gran Bazar (Kapalı Çarşı) como todo viajero que ha llegado a Estambul a lo largo de los siglos y se ha perdido entre sus laberínticos pasajes, deslumbrado con sus colores y seducido con su ambiente único. Cuatro mil tiendas, mezquitas, fuentes, plazas, hammans, restaurantes y cafeterías. Una ciudad dentro de la gran ciudad.
Si aún quedan fuerzas puedes dejarte emocionar con un show de los Derviches Giróvagos. El Sama es la ceremonia en la que los derviches giróvagos buscan la comunión con Dios. Sintetiza cantos y plegarias acompañados con música de flautas, tamboriles, kamanché y laúdes mientras los derviches giran sobre sí mismos con los brazos extendidos, en una danza que busca un nivel más elevado de consciencia.
Viaje a Estambul por 3 días.
En el tercer día de qué ver en Estambul, te propongo que comiences en el Puente de Gálata, una pasarela que rebalsa de gente que va y viene, restoranes para todos los gustos, vendedores ambulantes y una legión de pescadores que se ríen indiferentes a los flashes de miles de turistas.
Luego sube por alguna de las callecitas empedradas de Karaköy, un barrio repleto de bares, colores y diseños hasta la icónica Torre de Gálata. Esta hermosa torre fue construida como faro para guiar a las embarcaciones que debían cruzar el Bósforo, destruida por la 4ta Cruzada y reconstruida por los genoveses que, al igual que venecianos, pisanos y amalfitanos, se instalaban en Constantinopla para comerciar. Durante el imperio otomano se la utilizó para vigilar los incendios. Puedes subir a la torre y contemplar Estambul en 360º.
Luego recorre la Avenida Istiklal desde el barrio de Gálata serpenteando hasta la Plaza Taksim. Una calle peatonal por la que se mueve perezoso el tranvía histórico en contraste con el caos de trabajadores, turistas, vendedores y locales que van a alguno de los consulados, museos, centros culturales, el mercado de pescado o las innumerables tiendas. En apenas 1500 metros la colorida y ajetreada Istiklal condensa toda la identidad de Estambul y termina en la Plaza Taksim.
Allí veras el Monumento a la República y el Centro Cultural Atatürk, ambos en honor al padre de la República turca Mustafá Kemal Atatürk, un héroe moderno que tanto partidarios como opositores se esmeran en homenajear. La plaza es uno de los centros neurálgicos de los estambulíes, allí se realizan las manifestaciones de los partidos políticos y de protesta o las victorias de éxitos deportivos.
Ahora puedes quedarte en esta zona y visitar el Hotel Pera Palace donde se alojaba Agatha Christie y el Museo de Pera; el Museo de la Inocencia de Orhan Pamuk, el Istanbul Modern y el centro comercial Galataport. O…
La otra opción es tomar el funicular Taksim–Kabataş (F1) y caminar por la avenida paralela al Bósforo que te llevará por el Palacio de Dolmabahçe, puedes entrar a visitarlo o seguir caminando y pasar por el Palacio de Çırağan -hoy un hotel de lujo- hasta el barrio de Ortaköy con su fotogénica mezquita justo debajo del puente, su mercado colorido y el infaltable kumpir. Puedes terminar el día cenando en alguno de los restaurantes o bares con impresionantes terrazas que miran al Bósforo.
Advertencia: desde el Puente de Gálata hasta Ortaköy son 6 km. Puedes optar por tomar el transporte publico desde Taksim si no quieres caminar.
Itinerario para tu 4to día en Estambul
Ya es hora de subir a un Crucero por el Bósforo para disfrutar sus aguas turquesas y comprender la belleza de esta ciudad. Es un paseo imperdible y puedes disfrutar las costas estambulíes desde el agua o descender, visitar alguno de los sitios y seguir el recorrido.
En cualquier lista de qué ver en Estambul un crucero por el Bósforo, en mi opinión es imperdible. Entonces si tienes menos de cuatro días, quizás plantéate intercambiar recorridos para no perderte éste.
Desde el agua veras los Yalis, coloridas mansiones de la época otomana, de 3 o 4 pisos, construidas en madera y a las cuales se llegaba en barco y se entraba por terrazas directas al Bósforo.
Los 3 puentes que unen los barrios estambulíes de Asia con los de Europa.
El Palacio de Dolmabahçe, donde se trasladó el centro del poder otomano en el s. XIX; el palacio Beylerbeyi y el Pabellón Küçüksu residencias de verano para el sultán y su corte.
La mezquita Ortaköy donde hay que sacarse la foto comiendo un kumpir y la de Camlica, majestuosa en la cima de la colina dominando el paisaje desde cualquier punto de la ciudad.
Las fortalezas Rumeli y Anadolu Hisari construidas por los otomanos para bloquear el paso de los barcos que quisieran venir en ayuda y así tomar Constantinopla.
La espléndida Estación de ferrocarril Haydarpaşa inaugurada en 1909 como símbolo de la alianza entre el sultán y el káiser alemán y el punto de partida del ferrocarril que conectaba Estambul con Bagdad.
La hermosa Escuela Militar Kuleli fundada en 1845 sobre la base de un antiguo edificio bizantino llamado el “Jardín de la Torre” (Kuleli Bahçesi).
El Bósforo es un atractivo en sí mismo, una ciudad dentro de la gran ciudad: los ferry, botes de pescadores y enormes cargueros que lo atraviesan cada día, las gaviotas que lo pueblan, los delfines que bailan entre sus olas y las colinas de Estambul que derrapan hasta encontrarse con sus aguas turquesas.
Si los tiempos lo permiten desciende en el muelle de Üsküdar, en el lado asiático y visita:
La Mezquita Mirhimâh Sultán o İskele Camii. Mirhimâh fue la hija del gran Solimán y amor secreto del arquitecto Sinan. Su nombre significa Sol y Luna por ello Sinan construyó dos mezquitas orientadas para que el día de su cumpleaños detrás de una salga la luna justo cuando el sol se pone detrás de la otra. Enfrente aprecia la hermosa Fuente de Ahmet III.
Puedes caminar hasta el Paseo de las alfombras de Üsküdar desde donde ver el atardecer con el sol poniéndose detrás de las cúpulas y minaretes del lado europeo y como fondo la Torre de la Doncella, en un pequeño islote en medio del Bósforo. Construida como estación aduanera para controlar y cobrar aranceles a los barcos que quisieran cruzar el estrecho. Luego los otomanos la usaron de atalaya, como faro y hasta como estación de cuarentena. Hoy es utilizada como escenario de películas o pedidos románticos de matrimonio.
Ruta para 5 días en Estambul
Bien! Si has logrado reservar un día más es lo ideal. Pero entonces ¿qué ver en tu quinto día en Estambul? Agrega un recorrido por Eyüp hasta Fener y Balat.
Toma el transporte público hasta la colina de Eyüp y sube hasta el Café Pierre Loti (no te preocupes, hay un funicular) donde se instalaba el famoso novelista francés cada vez que venía a la ciudad. Tómate un café o un té con baklava y desde esa posición elevada podrás ver toda la historia de Estambul, sus contrastes, su magia y su belleza. Los puentes que surcan el estuario: el Puente del Cuerno de Oro, los restos del antiguo puente de Gálata trasladado allí y reensamblado, el Puente Atatürk y el moderno Puente del Metro y las innumerables cúpulas y minaretes de las mezquitas que construyeron los turcos desde la conquista de la ciudad.
Luego comienza el descenso pasando por la Mezquita de Eyüp, el cementerio y el barrio musulmán que la rodea. Sé muy respetuoso, este templo es uno de los lugares más sagrados para el islam.
El barrio de Ayvansaray guarda varios tesoros de la época bizantina: la Iglesia de Santa María de las Blanquernas que era parte del Gran Palacio de Blanquerna residencia imperial con Alejo Comneno; el Palacio de los Porfirogenetas (Tekfur Sarayı Müzesi) y por supuesto los restos de las antiguas Murallas de Teodosio que resultaron infranqueables durante 1000 años a pesar de las constantes invasiones que sufría Constantinopla para conquistarla.
Cerquita encontrarás la monumental Iglesia de San Salvador de Chora (Kariye Camii) una de las mejores colecciones de arte bizantino del mundo con más de cien mosaicos y frescos con escenas bíblicas como expresión artística del Renacimiento Paleólogo. La iglesia fue convertida en mezquita en 1511 por lo cual se reemplazó el campanario por un minarete y se ocultaron los mosaicos y frescos, recuperados tras la conversión en museo en 1945. En 2020 pasó nuevamente a convertirse en mezquita por decisión del gobierno turco.
Más abajo encontrarás el colorido multiétnico de los barrios Fener y Balat famosos por sus casitas de madera pintadas de intensos colores y el ambiente hipster de sus bares, restaurantes y locales, pero también son dos de las expresiones de la diversidad que alberga la ciudad.
Luego de la conquista otomana, los griegos se instalaron en el barrio de Fener por eso allí se encuentran los lugares de culto de los cristianos ortodoxos: el Patriarcado Ortodoxo de Constantinopla, la Catedral Patriarcal de San Jorge y la Iglesia San Esteban de los Búlgaros. También el icónico edificio rojo del Rum Lisesi (Colegio Griego) y la antigua Iglesia de Theotokos Pammakaristos (Fethiye Müzesi) construida en 1292 durante el reinado de los Paleólogo. En 2006 el paraclesion fue convertido en museo para resguardar esos mosaicos y frescos muestras del arte bizantino tardío.
Por otro lado, muchos de los judíos expulsados de España fueron albergados por el sultán y trajeron consigo los rituales religiosos, la cultura y la lengua ladina. Se asentaron en el barrio de Balat que aún conserva varias sinagogas y un hospital.
Termina el día disfrutando de la deliciosa gastronomía turca cenando en un Meyhane, tabernas típicas donde comer y escuchar música local, probar los Mese, el Raki, tomar un çay (té) o Türk kahve (café turco) y cerrar la visita perfecta con baklava, baklava y más baklava.
Sugerencia: Estambul es una ciudad infinita, pero para ver los imprescindibles te recomiendo organizar muy bien lo que quieras ver, tratar de sacar entradas por anticipado y dedicarle al menos 5 días. Acá tienes una guía completa de Estambul para leer antes de partir, comprender la historia y la cultura, el arte, la literatura, las series y peliculas que cuentan esta ciudad. Ademas toda la información práctica para organizar tu viaje. Te advierto, si aún no te convencí con todo lo que hay que ver en esta ciudad hechizante, esta guía de Estambul será un estímulo garantizado.



