Madrid huele a seco, a sol y a desierto de montaña
Barcelona huele a mar, humedad, a arena mojada y noche alocada.
Madrid sabe a tapas y vino de verano, a caña fresca y jamón
Barcelona sabe a mundo, a inmigrantes y color
Madrid te manosea con burocracia y corrupción
Barcelona te aporrea con soberanía y objeción
Los madrileños sonríen, te ven, te vuelven existente
En Barcelona no te ven, no te miran, no pareces evidente
Madrid se escucha como pueblo, arrogante y conservador
Barcelona se oye como diversidad, encuentro y descontrol
Madrid es blanca y negra como doncella embarazada
Barcelona es azul lapislázuli como sus olas en marejada
Madrid es religiosa y monárquica
Barcelona atea y republicana
Madrid es ardiente como sangre, flamenco y oración
Barcelona es frígida como adolescente pedante que aún no conoce la excitación
Madrid es ese novio que te avergüenza en el salón pero cada noche te quita la respiración
Barcelona es el chico culto, coqueto y guapetón pero que prefiere las redes o pokemón
Madrid es una anciana con bastón
Barcelona es una anciana con tacón
Ambas son croquetas, calamares, patatas, gambas, boquerón y jamón
Son lo que fui y lo que será, lo que debo y lo que quizás…